Hace ya unos años que salté la barrera de tejer en público, primero empecé a tejer en el parque mientras mis hijas jugaban con sus amigos. Luego saqué las agujas en el metro... esto lo recordaré siempre, era un domingo, iba en un vagón medio vacío con mis hijas, y resulta que yo no sirvo para estar viente minutos sin hacer nada. Venía de casa de mis padres y coincidió que llevaba las agujas en el bolso y sin más las saqué y me puse a tejer.
He de confesar que me dio un poco de corte, porque automáticamente todo el vagón se puso a mirar a ver que estaba haciendo. Eso sí, una vez superada esta prueba me lancé y ahora tejo en público sin ningún rubor y más de una vez he encontrado a alguien también tejiendo en público.
He de confesar que me dio un poco de corte, porque automáticamente todo el vagón se puso a mirar a ver que estaba haciendo. Eso sí, una vez superada esta prueba me lancé y ahora tejo en público sin ningún rubor y más de una vez he encontrado a alguien también tejiendo en público.
Para estas situaciones lo ideal es tejer proyectos que no requieran demasiada concentración o que ya estén avanzados y los tejas con los ojos cerrados. Yo he tejido muchísimas bufandas, gorros y cowls en las zonas comunes de mi casa, o en el parque, mientras charlaba con mis amigas y echábamos una ojeada a los niños. ¡Cuántos domingos de sobremesa en casa de mis padres también con mis agujas que no paraban! Cada una de esas labores estaba asociada a partes de mi vida que recuerdo con mucho cariño. Muchas de esas labores las he ido regalando a las personas con las que estaba en el momento que las tejía, así tienen un recuerdo mío, de ese tiempo compartido.
En unos días salgo de viaje para Londres y estoy preparándome para ir todo el vuelo tejiendo, charlando con mi hija mayor y viendo la peli que me pongan. Aparte que mientras esperemos el vuelo también pienso tejer. Al final son tres horas que si no haces algo se pierden, y yo soy la optimizadora de ocio, típico en madres de familia numerosa, acostumbradas a sacar tiempo de donde no lo hay :)
Por último, he estado brujuleando por Internet y he sacado en conclusión lo siguiente para poder viajar con mis ovillos y agujas, no tener ningún problema en el aeropuerto y no dejarme nada en casa de lo que vaya a necesitar para la labor en cuestión.
- Llevar agujas circulares, se pasan perfectamente con sus ovillitos, incluso dentro del bolso. Deja en casa las agujas rectas de metal, porque esas a veces te las confiscan y te quedas sin ellas. Más de una amiga me lo ha comentado.
- Marcadores.
- Un imperdible grande por si acaso.
- Llevar una aguja de ganchillo, que se pasan perfectamente.
- Unas tijeras pequeñitas de punta roma (estas mejor en la maleta por si acaso, ya que no todas las compañías permiten llevarlas).
- Cinta métrica.
- Aguja lanera de punta roma.
- Una fotocopia del patrón.
- Todo ello dentro de una bolsita debidamente cerrada.
Y vosotras ¿tejéis en público?